sábado, 16 de noviembre de 2013

El “HOLLIGANISMO” en el Basquet base.

Hace mucho que por diferentes motivos no me he escrito nada. Desde el inicio mi intención ha sido escribir para aportar algo, por lo tanto como dijo Mark Twain “Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda” . 

No obstante la observación y un estado de inaguantable crispación me lleva a escribir, o mejor, a desahogarme con las próximas líneas. En los últimos años, muchos ya, mis experiencias como 1º entrenador siempre han sido en equipos, como mínimo en edad junior y con un nivel competitivo elevado o ,como mínimo aceptable.
 Las circunstancias me han llevado durante la pasada y actual temporada compaginar senior con equipos de base (infantiles y sobretodo preinfantiles). Y aquí empieza mi duda.. 

Que sentido tiene entrenar a niños de 11 o 12 años para que ganen AHORA. 
Que mensaje transmitimos a esos niños si cuando pierden sus propios padres son la “Santa Compaña” y si atisban cierto rayo de esperanza de victoria se convierten en los holligans más malvados del país, llegando a increpar a otros niños de las mismas características de sus hijos, pero con otro color de camiseta. 
Que valores les damos a los niños si al “chaval” que nos arbitra le protestamos cual tertuliano del “Tiki-Taka” o “Punto Pelota”.

Desde mi punto de vista un niño en fase evolutiva (cognitiva y físicamente), se le han de ir marcando una serie de pautas de trabajo generales, pero también muy específicas, ya que no son en absoluto iguales físicamente, lo que hace que lo que uno pueda hacer el otro no llegue porque le falta desarrollo, fuerza, coordinación...
Siendo consciente de esto, intentamos marcar unas pautas específicas de juego que actualmente, y repito ACTUALMENTE, puedan parecer un suicidio deportivo. 



Ejemplo: Posición defensiva en primera linea, actividad de pies, cuerpo orientado... vamos, trabajo 1x1 con y sin balón. 

Respuesta de un niño: “es que así nos ganan de 50...” 
¿Esa respuesta es del niño o del padre? 
¿El padre se siente humillado si su hijo pierde de 50?
¿Que le pregunta ese padre al niño al acabar el partido?, el “te lo has pasado bien” ha pasado a nostálgicos como yo... 
¿Tan egoístas nos hemos convertido?. 

 Mi labor como entrenador es formar a esos niños para: 
1. Que nos se aburran de este deporte.
2. Que adquieran una disciplina de trabajo.
3. Que se desarrollen lo más coordinados posible dentro de las capacidades de cada uno. 
4. Que en un futuro el club para el cual trabajo y ellos mismos sean útiles para este deporte.
5. Que entiendan que ganar o perder forma parte del deporte. 
6. Que respeten a sus rivales (que no enemigos).

 Concluyo. Al final el “holliganismo” del deporte base me obligará a dejarlo, porque no me puedo divertir viendo lo que veo, y entonces no transmites. 
La ilusión ha de ser el eje principal de nosotros, los entrenadores “profesionales que no podemos vivir de esto”. 
 Joan Aguado (Entrenador Superior)